La conveniencia de la ignorancia

Se sobre entiende que en muchos contexto la educación no es accesible para todos. Esto se ha generado desde tiempos inmemorables, ya que esto ha asegurado la supremacía sobre determinados segmentos poblacionales, en palabras frías como se hará costumbre leer en este blog: Es asegurar mantener una clase privilegiada y una obrera. 

Pero: ¿Por qué tanto alboroto con esto? Siendo que en la actualidad en la mayor parte de los países miembros de las organizaciones unidas, las cuales luchan cabalmente por los derechos humanos cuentan con un sistema de régimen político democrático, por lo que ¿Cuál podría ser el mayor de los problemas? si este deber social fue puesto en manos de personas con características de madurez y que sin duda alguna conocen la situación por qué está atravesando su nación.

Es ahí en donde radica el problema; Porque si somos pensantes, racionales y tenemos conocimiento de estos conflictos simplemente nos excusamos y evadimos estas situaciones con la ignorancia y es que basta con echar una mirada a los periódicos o las noticias para darnos cuenta de lo que acontece, valla barbarie el comprender que lo que esta públicamente es solamente una migaja de todo el pan que se está pudriendo desde adentro. 

En síntesis: A pesar de que no estamos  recibiendo información completa a través de los medios de comunicación, o que en los diversos sistemas educativos no se está formando al alumnado con una visión holística debido a que se saturan las mentes con ciertos contenidos que; reitero, están siendo elegidos para asegurar la supremacía del poder subyugando y subestimando a lo que puede ser en un estado de igualdad de condiciones, sin embargo, este blog no pretende ser uno más con teorías conspiratorias o con ideales utópicos, una vez mencionado esto es importante el resaltar que la finalidad es crear un estado de conciencia personal en cuestiones éticas y morales. 

 

    Entre el siglo XVII y XVIII grupos de personas recibieron una muy peculiar vestimenta la cual estaba conformada por una túnica negra, una máscara en forma de pico que figuraba la cabeza de un cuervo y un sombrero. En el mejor de los casos eran médicos jóvenes recién egresados en busca de una mejor oportunidad de trabajo, en el peor eran personas que no tenían ningún tipo de conocimientos sobre medicina: Campesinos, obreros, entre otros que simplemente tenían hambre y buscaban un ingreso para poder solventar los gastos que implicaban las necesidades de sus familias. Sin embargo, esto no justificaba las barbaries que fueron cometidas durante su práctica ya que esto llevo consigo la muerte de miles de personas. O es que acaso la ignorancia que se vivía en ese tiempo ¿Podría justificarlo? Suponiendo este mismo panorama en la actual pandemia ¿Lo aceptaríamos como tal?

 

Si fuese ese el caso entonces ¿La ignorancia puede justificarlo todo? Y es que se asume que es como cualquier otra enfermedad, sin embargo  ¿Hasta dónde es justificable? Pues bien, no debería serlo, hasta donde somos responsables de dicha ignorancia y que se propague como la peste negra o como actualmente el COVID-19. 

 

Ahora bien, analicemos un poco la palabra ignorancia, la cual no requiere de mucho discernimiento ya que no es solo hacia el conocimiento científico, de igual manera ignoramos a nuestro entorno, ignoramos a la personas que nos rodean y que, en muchos casos tienen un conocimiento más amplio que el nuestro y simplemente hacemos oídos sordos y ojos ciegos a ellos. ¿Por qué? La respuesta es de lo más sencilla: Comodidad; comodidad al no asumir la responsabilidad de nuestros actos, comodidad de echarle la culpa al gobierno, comodidad de decir "Si lo desconozco no es mi problema" comodidad de echar mano del planteamiento en muchas ocasiones absurdas a teorías conspiratorias y paranoicas, comodidad en asumir que todo lo que nos dicen es verdad aun cuando esto vaya en contra de nuestros principios éticos y morales de los cuales mas adelante estaremos hablando, sin embargo eso es tema para otro artículo. 

 

Por ahora quedemos en la reflexión de la más importante de todas estas incógnitas ¿Hasta dónde somos responsables de nuestra ignorancia y que hacemos para combatirla? Pero hagamos un verdadero ejercicio de conciencia en el que asumamos nuestras responsabilidades y dejemos de aludir. Porque tal vez no podamos cambiar el mundo exterior, tal vez ya sea demasiado tarde para enmendar todo el daño que hemos generado, tal vez la verdadera enfermedad somos todos y cada uno de los seres humanos, pero este no es el fin recordemos que las vacunas están hechas del mismo virus.



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